
El gobierno de Trump ha declarado al Cártel de los Soles y al Tren de Aragua como organizaciones terroristas, acusando a Nicolás Maduro de tener vínculos con estas bandas. En línea con esto, el senador Marco Rubio se refiere a Maduro como el jefe de un "cártel narcoterrorista" en lugar de presidente legítimo de Venezuela. La recompensa por la captura de Maduro se ha incrementado a 50 millones de dólares. Estas acciones forman parte de una estrategia para proyectar la idea de que Venezuela es un narcoestado que introduce drogas y criminales en Estados Unidos.Esta estrategia se basa en la idea de "paz a través de la fuerza" de Trump. La amenaza y la demostración de fuerza, como el despliegue de barcos de guerra cerca del espacio marítimo venezolano y los ataques a embarcaciones, tienen como fin desmoralizar a la coalición gobernante en Venezuela. El objetivo es provocar una traición interna, un golpe de estado, la rendición de Maduro en una mesa de negociaciones, o su huida del país. Si estas acciones no logran la salida de Maduro, podrían considerarse ataques militares más directos a objetivos específicos.Sin embargo, el texto señala que el problema del narcotráfico requiere una visión integral. Aunque Estados Unidos ataca la producción de drogas en el extranjero, no combate con la misma determinación las redes de distribución y consumo dentro de su propio territorio. El texto concluye mencionando que Estados Unidos tiene el mercado de drogas ilícitas más grande del mundo.