
Pero Dios te dice que no camines en miedo, sino en confianza. El poder de Dios en ti es mayor que cualquier inseguridad o duda. El amor que Él pone en tu corazón te permite relacionarte con los demás sin temor, y el dominio propio te da la fuerza para mantenerte firme incluso cuando las cosas se sientan inciertas.