
Todos luchamos con el sentimiento de abandono. Incluso los creyentes más piadosos y maduros se han preguntado que dónde está Dios en medio de esta incertidumbre o si seguirá cuidando de ellos. El texto que tenemos ante nosotros no recoge simplemente el clamor de un individuo, sino que expresa la respuesta de Dios todo un pueblo que se hacía esas mismas preguntas. A través del profeta Isaías, el Señor toma el lamento de Israel en el exilio —como si repitiera sus palabras textualmente— y responde con una imagen conmovedora de su amor y un recordatorio de que Él sigue pensando constantemente en ellos. Hoy veremos el profundo amor de Dios por su pueblo.