
Éxodo 15:22-27. A menos de una semana de haber sido liberados de la esclavitud en Egipto, a escasos tres días de haber cruzado el mar Rojo —cuando el pueblo cantó junto a Moisés, exaltando cuán grandemente se había magnificado Jehová: «Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación» (v2)—, hubo un repentino cambio de actitud. Una prueba inesperada reveló una tendencia recurrente en el pueblo: la murmuración, expresión de descontento, ingratitud y rebelión. El caso nos recuerda que nuestro arte puede ir muy por delante de nuestro nivel de madurez, y que podemos estar cantando junto a una multitud grandes verdades que aún tenemos pendientes de aprender. Hoy veremos la prueba repentina que enfrentó Israel al entrar en el desierto, su actitud persistente y la completa provisión de Dios para ellos.