
Ser los pies y manos de Jesús aquí en la Tierra. Amar antes de querer cambiar a alguien. Apoyar antes de querer traer juicio. Lo más importante es que no importa quien es la persona que Jesús nos llamó a amar; no importa que crea, haga o diga tenemos que hacerlo. Se dice fácil pero cuesta mucho.