Una de las cosas que más amo hacer es poder orar por mis hijas. En el tiempo que nos ha tocado vivir he tomado el tiempo en pensar en el dolor que puede pasar una madre ante la pérdida de un hijo. Mi Pastor Frank López en una ocasión dijo que el amor de una madre es el más parecido al de Dios, y sabes que tiene mucha razón. Una madre cuida, en ocasiones se desvela en oración por sus hijos para que Dios los guarde de todo mal. Anhelo ver el día en donde ese aprendizaje que le he dado a mis hijas de fruto con matrimonios que le sirvan a nuestro Dios. Si te ha tocado atravesar por pérdidas, por situaciones de rebeldía de tus hijos o si la división ha tocado a la puerta de tu casa, quiero que sepas que cada lágrima que has derramado Dios la convertirá en bendición. La última página de su historia ya Dios la diseñó y es uno de gloria y de bendición. 

No dejes de clamar por tus hijos, porque a pesar de lo que hoy vives, el propósito de Dios se cumplirá por encima de todo lo que hoy se levanta en su contra. "Clama a mi y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." Jeremías 33:3

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