Dios te creó como una mujer y un hombre único o única. Cuando Dios te formó depositó en tu vida cualidades extraordinarias para que pudieras ser  una persona que conquiste el mundo. No ocultes tu esencia para imitar quien no eres. No cambies tu identidad delante de las personas por verguenza a quién no eres. Dios te dió identidad. Refléjale al mundo lo que hay en tu corazón para que puedas ganar más vidas para Cristo. Así que no le pongas filtro a tu vida, no vivas de apariencia.

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