
🤯 La hipocondría, o ansiedad por la salud, aparece cuando interpretamos cualquier síntoma como algo grave: un dolor de cabeza se convierte en “¿y si es un tumor?”, un dolor en el pecho en “¿y si es un infarto?”. Esa interpretación catastrófica dispara miedo y más ansiedad.
🔍 Muchas veces, en busca de alivio, empezamos a googlear síntomas, revisarnos el cuerpo o pedir estudios médicos de forma reiterada. Pero ese control excesivo solo calma un rato y después la duda vuelve con más fuerza, generando un círculo difícil de cortar.
🧠 Desde la Terapia Cognitivo Conductual trabajamos en identificar y cuestionar esos pensamientos. La clave está en diferenciar entre prevenir (hábitos saludables y controles médicos adecuados) y preocuparse (pensamientos anticipatorios que aumentan el malestar).
🌱 Para salir del bucle, podés empezar a preguntarte: “¿hay otra explicación más probable?”, “¿qué evidencia tengo a favor y en contra de que sea algo grave?”. Además, reducir de a poco las conductas de chequeo y entrenar la tolerancia a la incertidumbre es fundamental.
🧘♀️ También es importante sumar herramientas de regulación de la ansiedad como respiración, relajación, mindfulness o actividades que te saquen del monitoreo constante del cuerpo. Así, la preocupación pierde fuerza.
💡 La hipocondría no es falta de información médica, sino un problema de interpretación y de manejo de la ansiedad. La buena noticia es que se puede entrenar otra manera de relacionarte con tu cuerpo: más realista, menos catastrófica y mucho más saludable.
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