
Cerramos una semana que arrancaba con el dimitido Carlos Mazón en el Congreso, en la comisión de investigación sobre la DANA, afirmando que los bulos le han tumbado. Una comparecencia en la que cayó en contradicciones e inexactitudes, como la hora a la que se supo que había muertos, y en la que, a preguntas de Águeda Micó, de Compromís, dejó una nueva versión sobre esas horas en las que estuvo desconectado.
Mazón tuvo este duro choque con Gabriel Rufián.
Y volvió a acusar a la AEMET y a la Confederación Hidrográfica del Júcar de apagón informativo. Insistió en que daba igual donde estuviera porque él no tenía responsabilidad sobre la emergencia. Ya veremos en qué queda porque la oposición le acusa de falso testimonio y la jueza de la DANA cree que lo dicho choca con los datos contenidos en la instrucción.
Fuera del Congreso, las asociaciones de víctimas, indignadas. Dolores Ruiz y Carmina Gil.
Y la oposición aquí, tres cuartos de lo mismo. Joan Baldoví y Diana Morant.
A la ministra le respondía el popular Fernando Pastor, que pedía más educación y menos insultos.
Es el que la semana pasada decía que en el funeral hubo víctimas de graderío y víctimas VIP con derecho a roce real.
Todo parece indicar que es el último resumen semanal con Mazón como president. El próximo jueves debate de investidura del ya candidato oficial, el popular Juanfran Pérez Llorca, aunque Vox sigue resistiéndose. Pepa Millán.
Pero para Pérez Llorca no hace falta firmar un pacto como tal para que pueda convertirse en el nuevo president.
Lo decía a la SER cuando salía del Ayuntamiento de València donde se reunía con María José Catalá. Para PSPV y Compromís es más de lo mismo, otro Mazón, alguien totalmente vendido al negacionismo de Vox por puro cálculo político.
Aunque para cálculo político lo que decía en Onda Cero Catalá en el 50 aniversario de la muerte de Franco.
Le respondía la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé.
Y hablando de infraestructuras, esta semana se ha confirmado que el Corredor Mediterráneo estará en funcionamiento en 2027, aunque para el empresario Juan Roig, la cosa sigue yendo muy lenta.