Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.
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Reflejos de su gloria es un programa que tiene como objetivo compartir las enseñanzas de las Escrituras, celebrando la gloria de Dios, con el deseo de reflejar su carácter con cada enseñanza.
Jueces-059 Gedeón- El poder es efímero y peligroso
Reflejos de su gloria
8 minutes
8 months ago
Jueces-059 Gedeón- El poder es efímero y peligroso
Al final del capítulo 6 vemos a Gedeón listo para la batalla, con 32000 hombres de guerra, pero todavía inseguro de si Dios estaría con él. Gedeón le pidió a Dios dos pruebas de su presencia, utilizando un trozo de cuero de oveja, y Dios le concedió las pruebas que Gedeón pidió. Vemos entonces que Gedeón fue con toda confianza hacia la batalla. Mas Dios tenía otra estrategia. Le dijo que tenía demasiados soldados. Gedeón tenía 32.000 hombres, frente a los 135.000 de los madianitas. No parece que fueran suficientes.
“Mas Jehová dijo a Gedeón: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.” Jueces 7:2
Gedeón pidió entonces a los soldados conforme Dios dictó que todos los que tuvieran miedo de salir a la batalla volvieran a sus casas. Nos dice el texto que 22000 se volvieron a sus casas, quedando solo 10000. “ Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá.”
Así que Dios le pidió que todo el que se hubiera arrodillado para beber podría irse a casa, quedándose tan solo con trescientos hombres que habían bebido lamiendo el agua.
Y así, los trescientos hombres fueron a la batalla con sus trompetas en una mano y unas teas ardiendo en la otra. Dios, milagrosamente hizo que los madianitas, amalecitas y los de oriente se levantaran alarmados y confundidos, desenvainando espada contra ellos mismos.
Es precioso ver cómo los trescientos hombres siguieron las instrucciones de Dios que para un hombre de guerra no parecerían tener sentido. Los trescientos que quedaron fueron sin duda hombres que estaban confiando en Dios y en el hombre que Dios había puesto en liderazgo. Esa noche, la fe de Gedeón les dio valor para atacar sin espada un ejército de 135000 soldados armados.
Y Dios les dio la victoria, haciendo que los que quedaban del ejército de Madián salieran huyendo. Avisaron a sus hermanos de Efraín, Manasés, Aser, y Neftalí para que salieran al encuentro de los madianitas y pudieran tomar los vados que estos dominaban.
Durante toda esta guerra de liberación, vemos que Gedeón mantuvo una actitud humilde que necesitaba la aprobación de Dios para dar el siguiente paso. En el capítulo ocho, cuando los de Efraín le reprochan el no haberlos llamado antes para la batalla, encontramos a Gedeón respondiendo humildemente:
“¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? ¿No es el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer?” Gedeón minimiza sus hazañas, y agradece la ayuda de otros.
El pueblo de Israel estaba encantado con el liderazgo de Gedeón. Nos dice Jueces 8
“Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián.”
Se había levantado un líder a quien todos querían seguir. Pero vemos que Gedeón mantenía su enfoque en el Señor.
“Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.”
Tenía claro Gedeón que Dios mismo debía ser el que liderara al pueblo. Mas unos versículos más tarde, Gedeón tomó una decisión que cambiaría su trayectoria. Nos dice el versículo 27:
“Y Gedeón hizo de ellos (los tesoros del botín) un efod, el cual hizo guardar en su ciudad de Ofra; y todo Israel se prostituyó tras de ese efod en aquel lugar; y fue tropezadero a Gedeón y a su casa.”
A la medida que continúa la historia, vemos que Gedeón permitió que la fama y el poder lo transformen. Se convirtió en un hombre poderoso y popular. Tuvo 70 hijos de diferentes esposas, y también tuvo concubinas. Y el nombre de uno de sus hijos, Abimelec, literalmente “mi padre es el rey” nos revela...
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