María, una joven colombiana de Bogotá, llevaba una vida tranquila como estudiante universitaria. Siempre había sido una chica tímida y reservada, dedicada a sus estudios y a su familia. Sin embargo, su vida daría un giro inesperado un soleado día de verano.

Un día, mientras caminaba por el centro de la ciudad con su amiga Ana, fueron abordadas por una mujer elegante llamada Isabel. Isabel, que resultó ser una renombrada agente de modelos, había estado buscando talento fresco y único para su agencia de modelaje. María, con su belleza natural y su elegancia innata, llamó la atención de Isabel de inmediato.

Isabel se acercó a María y le hizo una propuesta inesperada: "María, tienes un rostro hermoso y una presencia única. ¿Alguna vez has considerado ser modelo? Creo que podrías tener un gran futuro en la industria de la moda". María quedó sorprendida y un poco abrumada por la propuesta, pero su amiga Ana la animó a considerarlo.