
Muchos cristianos se enfocan en obtener teorías (conocimiento acerca de Dios, principios en su Palabra y su forma de obrar), otros se enfocan en las experiencias (experiencias con el Espíritu Santo y sus dones o con nuestros hermanos y hermanas), pero es la unión entre ambas la que nos ayuda a crecer enfocándonos en nuestro amor por Jesús.
El crecimiento espiritual se vuelve algo integral y enfocado cuando nuestro anhelo no es ni siquiera el "crecer" si no el acercarnos más a Cristo conociéndolo en teoría y en experiencia.