
La Tercera Aliyá, ocurrida entre 1919 y 1923, estuvo marcada por la llegada de miles de jóvenes judíos, en su mayoría provenientes de Europa Oriental, motivados por el sionismo y por las difíciles condiciones políticas y económicas tras la Primera Guerra Mundial. Estos pioneros, muchos formados en movimientos juveniles, desempeñaron un papel crucial en el desarrollo agrícola, la construcción de caminos, el drenaje de pantanos y el establecimiento de asentamientos, sentando bases esenciales para el futuro Estado de Israel.