
En este Salmo 9 elevamos un canto de gratitud y confianza al Señor, reconociendo que Él es nuestro defensor, nuestra justicia y nuestra fuerza.
Con un corazón humilde proclamamos Sus maravillas, celebramos Su protección y recordamos que jamás olvida al pobre ni abandona al humilde.
Un salmo para orar, para descansar en Dios y para recordar que Su fidelidad permanece para siempre.