
En este episodio reflexionamos sobre el nombre de Dios y el profundo respeto que merece. A lo largo del tiempo, el nombre divino —representado por las cuatro letras YHWH— fue malinterpretado, dando origen a formas como Jehová o Yahweh. Sin embargo, el sonido original se perdió, y con él la certeza de cómo Dios quiso que lo pronunciáramos.
A la luz de las Escrituras, descubrimos que los profetas, los apóstoles y el mismo Señor Jesús se refirieron a Dios como Señor, no por descuido, sino por reverencia.