
Durante tres años he guardado silencio sobre la muerte de mi madre. No un silencio pacífico, sino uno que se me enquistó en el cuerpo, como dice el psiquiatra Bessel van der Kolk. En este episodio abro la puerta a la historia que no quería contar, la que me ha tenido bloqueado como escritor y como persona. Te cuento cómo decidí empezar una novela polifónica sobre su pérdida, incluyendo las voces de mi padre y mi hermano, y cómo su rechazo me ha enfrentado a las preguntas más duras: ¿estoy siendo un artista o un parásito emocional? ¿Uso su memoria para sanar o como combustible para mi ego? Te invito a ser cómplice de esta autopsia pública, no para que me des soluciones, sino para pensar conmigo en los límites éticos de la escritura y en el terrible acto de profanar la propia memoria para poder, tal vez, seguir viviendo. Es una inmersión en la culpa, el trauma y la dudosa moralidad del escritor. | israelpintor.com