
La prédica de esta noche nos enseña que Dios le dio a Daniel conocimiento, discernimiento e inteligencia. En nuestro caminar diario, es importante avanzar un escalón más. Muchas veces, como en una montaña rusa, no llegamos a la cima por obstáculos como el miedo, la pereza o el conformismo.
Para alcanzar nuestras metas necesitamos disciplina, constancia y aspirar siempre a lo mejor, para la gloria de Dios. La preparación y la educación forman parte del llamado de Dios, quien las usa para moldearnos y darnos propósito. Él quiere que seamos de bendición para otros, guiándonos siempre con su mano y su plan perfecto para nuestras vidas.