Hay golpes que no dejan moretones… pero duelen igual. En este episodio de Tenía que ser mujer hablamos de la violencia que ejercemos entre nosotras: esa que viene disfrazada de crítica constructiva, de envidia silenciosa o de sororidad selectiva. Sí, hablamos de la misoginia femenina. ¿Por qué competimos? ¿Por qué juzgamos? ¿Por qué duele más cuando la violencia viene de otra mujer? Spoiler: no venía en el manual, pero lo aprendimos desde niñas. Prepárate para un episodio que incomoda, sacude y —ojalá— nos haga reflexionar antes de juzgar. Una disculpita si tocamos fibras… pero era con toda la intención.