
Entender y, sobre todo, redactar contratos en inglés no es tarea sencilla.
Especialmente si no eres nativo de esa lengua o, siendo nativo, no dominas el lenguaje del Derecho.
Y es que a pesar de los esfuerzos de los partidarios de la simplificación de los lenguajes de especialidad en Reino Unido (el movimiento, denominado Plain English Campaign, lleva años luchando por un lenguaje más accesible para el ciudadano medio), lo cierto es que los contratos en inglés están plagados de términos y expresiones que prácticamente solo encontraremos en los contratos.
Vocabulario que el ciudadano lego en Derecho no usa ni a menudo conoce ni comprende.
Hoy vamos a hacer un repaso de algunos de estos términos habituales en contratos.
A veces, de hecho, estos términos trascienden los contratos y se emplean en emails, en cartas o en otros textos, probablemente en un intento por dar a esos escritos un tono y un registro aún más formal si cabe.
No son pocos los que califican este lenguaje del que te hablo de arcaico, pomposo o elitista.
Como ves, en realidad, nada demasiado lejos de lo que está detrás del movimiento por la modernización del lenguaje jurídico en España, en otros países de la Unión Europea o en EEUU.
Yo misma me manifiesto partidaria de usar un lenguaje más comprensible para todos, aunque como abogada tampoco te niego que me encantaba usar las palabras propias de mi oficio.
Lo cierto es que hay una realidad: es un lenguaje en uso. Y se hace preciso comprenderlo.
A tus manos expertas van a llegar contratos plagados con esta terminología.
Y hay otra realidad: hay abogados a los que les gusta redactar así (y diría que están en su Derecho).
Si es tu caso, esta entrada te servirá para no solo entender, sino también empezar a redactar cláusulas contractuales en inglés de forma similar a un abogado nativo que tenga ese mismo estilo de redacción.
So... are you ready to learn? Let's dive into it!