
Probablemente el nombre Marian Ochoa de Eribe no les diga demasiado. Pero si dentro de sus autores favoritos figuran los rumanos Mihail Sebastian, Mircea Cartarescu o Mircea Eliade, sí debiera decirles algo. Marian Ochoa de Eribe es española, es traductora y se ha convertido en el puente entre la narrativa rumana y los lectores que solo leemos en español. Aquí nos habla de cómo se entreveró con esos autores, cómo es ese trabajo de artesanía que le significa cada traducción y su particular empeño en traducir una novela que la deslumbró: «El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes», de la moldava Tatiana Tibuleac.