
En este magnífico soneto Sor Juana, al contemplar su propio retrato, reflexiona sobre la fugacidad de la vida, sobre el artificio de pretender detener los inexorables rigores del tiempo y atraparlo en un instante fraudulento, que no refleja lo que la vida es, con su devenir imparable...puro artificio de colores (retoques), engaño del sentido.
Estupenda y actualísima meditación para entender la fragilidad de la belleza física, "es una flor al viento delicada" que necesariamente será arrasada por el viento del tiempo. Sor Juana nos invita, por vía indirecta, a "cuidar" de otras bellezas...la virtud y la sabiduría, por ejemplo, estas sí eternas y verdaderas.
A SU RETRATO
Este que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores,
es cauteloso engaño del sentido;
este, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado,
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.