
Saulo de Tarso fue, según creemos, un amante del deporte. No es de dudar que quizá como estudiante en alguno de los centros
docentes de Tarso, él también se distinguió en los maratones de pista y campo.
Muchas de sus homilías fueron ilustradas por referencias deportivas como:
el correr y el boxeo.
Para Saulo, éstos fueron sus deportes favoritos. Después de su total conversión, camino a Damasco, Saulo, se convirtió en el
apóstol de los gentiles. Su vida deportiva tomó otra dirección, no obstante sus experiencias pasadas, le sirvieron para reflexionar en ellas, y así enseñar
a otros dentro de un contexto cristiano.
¿Pensaremos siempre en lo que podemos hacer y no en lo que no podemos hacer? ¿Miraremos a aquellos que no han llegado a la meta, o pondremos
nuestra atención ocular en aquellos que, aunque lleguen en segundo o tercer lugar, siempre corren la carrera que tienen por delante? ¿Corremos una sola
carrera en la vida? ¿Estaremos dispuestos a pagar el precio de la victoria?
Escuchemos el mensaje hasta el final, Dios tiene la disciplina y los ejercicios correctos para ganar la carrera espiritual!.
#Amen