
A menudo señalamos hacia arriba cuando hablamos de corrupción, olvidando que es un baile de dos. El que ofrece y el que acepta; el que paga y el que hace la vista gorda. Esta frase es un llamado severo a la coherencia cívica.No podemos aspirar a una sociedad sana si alimentamos la enfermedad en nuestras transacciones diarias, por pequeñas que parezcan. El dinero mal habido mancha todo lo que toca. Al rechazar participar en esa cadena, te conviertes en el eslabón que rompe el ciclo.Si quieres un mundo mejor, empieza por tener las manos limpias. No puedes exigir honestidad si tú mismo participas del juego sucio.¿Estás dispuesto a pagar el precio de la integridad, incluso cuando nadie te ve?