
El dinero no fue creado para intercambiar.
Fue creado para encarcelar.
No es energía. No vibra. No siente.
Es una estructura simbólica para apagar el cuerpo y activar la mente en alerta.
Trabajás, producís, cobrás.
Y después… volvés a trabajar.
Esa es la rueda.
Este episodio no es una crítica económica.
Es un corte profundo en la programación colectiva.
Desde ZUA’LUM se expone el verdadero diseño del dinero:
una estructura de encierro que se pegó al cuerpo como si fuera verdad.
Si esto molesta, es porque toca justo donde duele:
donde se perdió el eje y se compró el símbolo.