
Si te ha tocado alguna vez vender “a puerta fría” sabrás lo frustrante que es.
Eso es porque no solemos llevar muy bien eso de que nos digan que no. Además de porque la mayoría no sabe como hacerlo.
Hay estrategias para mejorar esa conversión y solo es necesario que apliques la empatía y algún que otro método de persuasión.
Hoy te cuento la historia de una enfermera que no sabía convencer a nadie. Y cómo yo la ayudaría por una buena causa.
Mira a ver si te inspira para lo tuyo.
Ojo, viene con contenido extra.