
La hipocresía y el uso político que hace Pedro Sánchez de la DANA son el mejor ejemplo del nivel de caradurismo que es capaz de alcanzar.
Lo de su asistencia al funeral de Estado es la última burla a las víctimas, tanto valencianas como de otras comunidades que fueron abandonadas a su suerte por un presidente del Gobierno que se desentendió desde el primer momento de la catástrofe.