1268. Las JPOD25 aparece de manera casi inevitable en mi cabeza cuando pienso en cómo ha sido sentarme con Albert Llambrich (MacTrompa para toda la familia podcastera) después de ese mes de resaca emocional, técnica y organizativa que dejan unas jornadas como estas. En este episodio me apetecía frenar un poco el ritmo habitual y abrir un espacio más reposado con alguien que no solo ha estado metido hasta el cuello en la organización, sino que además lleva años sosteniendo proyectos, equipos, formatos y una constancia que, sinceramente, ya quisieran muchos creadores profesionales. Y lo digo con toda la calma del mundo porque sé lo que supone cargar una mochila así durante tantos meses seguidos.
Desde el inicio tenía claro que esta entrevista no podía ser una charla de “cómo fue vuestro evento” y ya. Quería detenerme también en lo que no se suele ver: las emociones, la presión, la responsabilidad, el cansancio acumulado y ese punto extraño en el que, cuando el evento termina, llegas a casa y no sabes si ponerte a dormir o a llorar. Y Mac Trompa lo deja muy claro: cuando la organización está en tu tejado, el esfuerzo deja cicatrices, pero también deja vínculos, aprendizajes y una sensación de orgullo que cuesta verbalizar si no has vivido algo así en primera persona.
Me apetecía también mostrar un lado que pocas veces se cuenta en un podcast: el del después. Porque antes de la JPOD25, todo es promoción, nervios, entrevistas, correcciones, imprevistos, carreras de última hora y mensajes por decenas. Pero cuando termina… silencio. De repente nadie te pregunta nada, nadie te pide una entrevista y nadie te reclama. Y es ahí donde empiezan a asentarse los recuerdos de verdad. Por eso quise esperar un mes para invitarle. Porque necesitaba que él respirara, que se despejara, y que pudiéramos hablar desde otro lugar.
Durante la conversación repasamos lo que funcionó, lo que no salió tan bien, y lo que ha descubierto durante el camino. Y sí, también hablamos de los fallos —porque siempre los hay—, pero desde esa perspectiva donde ya no escuecen tanto y permiten incluso echarse unas risas. Albert reconoce que hay cosas que ahora ve clarísimas, pero que en pleno fragor del evento ni aparecen. Y no puedo estar más de acuerdo: si algo me ha enseñado organizar Podnights Madrid durante tantos años es que la perfección nunca llega, y que un evento vive más en la experiencia colectiva que en los detalles técnicos que a veces nos obsesionan.
Otra parte que me interesaba destacar es la cantidad de pequeñas historias que suceden alrededor de un evento así: reencuentros, descubrimientos, gente que viaja cientos o miles de kilómetros solo para estar allí, voluntarios que llegan sin conocer este mundo y salen convertidos en parte de él, o la magia de juntar en un pasillo a personas que jamás habrían coincidido si no fuera por estas jornadas. Esas son las escenas que definen a unas JPOD25, más allá de una sala, un audio más o menos limpio o un horario que se alarga más de la cuenta.
Tienes toda la info sobre las últimas JPOD celebradas en Terrassa en:
https://jpod.es/Además de los entresijos organizativos, teníamos que aprovechar para charlar sobre todos los podcasts donde participa: “Manzanas Enfrentadas/Manzanas Informadas”, “Back to the Game”, "99% verde y saludable" e “Isenacode”
Manzanas enfrentadas:
https://pod.link/1521224456Back to the game:
https://pod.link/160816405699% verde y saludable:
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