
Una mujer apasionada y entregada por completo al baile. Una cubana que logró llegar al punto más alto que puede llegar un artista del ballet. Una mujer que a pesar de sufrir ceguera parcial, desde los 20 años, brilló como ninguna otra estrella en el baile, creando una línea dentro del ballet clásico que distingue a la estirpe cubana entre todos los bailarines de ballet del mundo.