
Hoy llegamos al punto donde la humillación de Jesucristo alcanza su expresión más profunda: la obediencia hasta la muerte y muerte de cruz.
Esta es la maravilla que debe llenar tu corazón de gozo en esta temporada. El Bebé que nació en Belén nació para morir. Su primer llanto en el pesebre fue el eco anticipado de Su último suspiro en la cruz. La Navidad celebra más que un nacimiento tierno. Celebra el primer paso del camino de obediencia más glorioso que el universo haya presenciado.