Este episodio nos recuerda que la madurez no estener razón, sino acompañar con gracia y compasión.
Aquí hablamos de cómo enfrentar temores y volvera disfrutar la vida con nuevas fuerzas.
Reconectar no es nostalgia, es propósito. Entreamigos, familia… y con Dios.
Este episodio nos recuerda que agradecer no borra elpasado, pero sí cambia el futuro.
Pablo y Silas adoraron desde la prisión. Su gratitud fue resistencia espiritual. Este episodio te invita a cantar antes de ver la salida… porque a veces, las cadenas se rompen cuando el alma decide agradecer.
Job no fingió estar bien. Agradeció desde la herida. Este episodio honra la gratitud que nace en el duelo, en la pérdida, en la tierra quebrada… y aún así dice: “Bendito sea el nombre del Señor.”
Moisés aprendió a mirar desde la presencia, no desde la escasez. Cuando todo parecía estancado, él subía al monte. Este episodio te enseña a cambiar el lente y ver tu historia con gratitud… incluso en el desierto.
La gratitud cambia de forma según la estación del alma. Primavera celebra, verano resiste, otoño suelta, invierno confía. Este episodio te invita a reconocer a Dios en cada clima emocional… y agradecer, incluso cuando no lo entiendes.
Moisés responde al llamado con inseguridad: “No sé hablar”. Pero Dios lo confronta: “¿Quién te dio la boca?” Este episodio es para quienes siguen esperando sentirse listos. Dios no llama expertos, llama disponibles. Lo que Él quiere hacer contigo no necesita perfección. Solo necesita disposición.
Jonás se enoja porque Dios fue más compasivo de lo que él quería. El juicio que anunció no llegó, y eso lo frustra. Este episodio confronta el orgullo disfrazado de justicia. Porque a veces estamos más comprometidos con tener razón que con ver la redención. Y Dios pregunta: “¿Te parece bien enojarte por esto?”
Adán se esconde. No por miedo a Dios, sino por vergüenza de lo que creyó después de fallar. Dios no lo busca para exponerlo, sino para restaurarlo. Este episodio es para los que siguen activos pero desconectados, cubriéndose con frases como “estoy bien”. Dios sigue preguntando: “¿Dónde estás?” No para juzgarte, sino para sacarte del escondite.
Josué está en el suelo, clamando tras una derrota. Pero Dios no le dice “ora más fuerte”, le dice: “Revisa lo que estás tolerando”. Este episodio confronta lo que escondemos, lo que justificamos, lo que sabotea nuestro avance. Porque hay batallas que no se pierden por falta de fe… sino por falta de limpieza interna.
Cinco días. Cinco preguntas que no buscan información, sino transformación. Esta serie no suaviza el mensaje, pero sí sana el corazón. Desde Samuel hasta Moisés, cada episodio revela cómo Dios confronta para redirigir, no para castigar. Porque hay ciclos que no se cierran con lágrimas, sino con obediencia.
Y hay llamados que no se activan con perfección, sino con disposición. Si estás en duelo, estancamiento, vergüenza, enojo o inseguridad… esta serie es para ti. Dios sigue preguntando. No para juzgarte. Sino para moverte.
“¿Hasta cuándo vas a llorar?” (1 Samuel 16)
Hay duelos que se vuelven excusas. Samuel sigue llorando por un liderazgo que ya no tiene aceite, y Dios lo interrumpe con una orden: “Llena tu frasco y ve”. Este episodio es para quienes siguen mirando hacia atrás esperando que el pasado se redima. Pero lo nuevo no se activa en el duelo, sino en la obediencia. Hay un David esperando… y tú llevas el aceite.
Dos discípulos caminan confundidos, pero juntos. Este episodio muestra cómo la conversación honesta y la compañía revelan la presencia de Dios en medio del dolor.
Eliseo no pidió fama, pidió legado. Este episodio habla de permanencia, honra y cómo caminar cerca de alguien con propósito puede activar lo que viene para ti.
Jonatán debió ser rival de David, pero eligió protegerlo. Este episodio confronta el orgullo y revela cómo la lealtad espiritual preserva el llamado.
En medio de la pérdida, Rut decide quedarse. No por lógica, sino por lealtad. Este episodio muestra cómo la compañía puede convertirse en multiplicación del propósito.
Dios no busca perfección, busca acuerdo. Moisés tenía el llamado, Aarón la voz. Juntos enfrentaron a Faraón. Este episodio revela cómo el respaldo mutuo activa liberación.
¿Te has sentido invisible, como si no fueras parte del plan? Este episodio te recuerda que fuiste visto, elegido y enviado con propósito eterno. No estás aquí por casualidad. Aprende a caminar como quien fue escogido por Dios, no como quien busca aprobación. Porque tu llamado no depende de cuántos te aplauden… sino de quién te envió.
La dignidad no se gana. Se recibe. Si alguna vez te sentiste descalificado por tu pasado, este episodio es para ti. A través de una mirada bíblica y práctica, descubrirás que tu valor no está en tu historial, sino en tu identidad redimida. Camina con la frente en alto, no por orgullo… sino por redención.