
A pesar de que tuvimos toda clase de fallos técnicos (un micrófono no iba bien, el vídeo no se grabó, se cortó la grabación y por ello perdimos sendos trozos de la conversación que luego tuvimos que volver a grabar), conseguimos tener una conversación muy bonita en la que revisamos nuevamente Mateo 7:15-20 pero esta vez no desde la perspectiva que tuve con Hans en el episodio anterior (los falsos profetas) sino desde la perspectiva de un principio que podemos aprender del primer capítulo del libro de Génesis: todo árbol da fruto según su genero.
Mi esposa, Karla Pawling, me acompaña es este episodio en el que andamos un sendero de apertura de corazón y de vulnerabilidad desde nuestra experiencia al servir a Dios y a la gente.