
Ya en Venecia, me ocupaba de dar los "Ejercicios". Las personas más importantes a las que les di los ejercicios fueron el maestro Pedro Contarini, el maestro Gaspar de Doctis, un español llamado Rozas y otro que le decían "El bachiller Hoces". El tal Hoces hizo los "Ejercicios" con notable devoción y al terminarlos, decidió seguir la vida que yo llevaba.