
Para Catalina es la espiritualidad la que rige su vida. La música, que es lo que hace desde hace muchos años, la salva de muchas formas. Por eso sabe que cuando está en un escenario, es la energía de la gente la que le recarga la propia. Su mensaje es sencillo: no nacimos para complacer a la sociedad, sino para expandirnos, porque la vida siempre es de cambios y transformaciones.