Manifiesta es la muestra de que la moda también es una apuesta política de reconciliación. Son un proyecto impulsado en el Acuerdo de paz con la exFarc, en el que trabajan excombatientes y familiares de soldados que murieron en medio de la guerra. De ahí que toda su ropa, puntada a puntada, sea una apuesta de paz.
Hace años, Delfina Dib se dio cuenta de que quería hacer música con la conciencia de que es una mujer en un país latinoamericano y machista, porque hablar de eso y, especialmente, hablarle a las mujeres, es abonar un terreno para que todas hablen sin miedo de lo que les pasa.
En la región río Pato, en San Vicente del Caguán, está uno de los ríos más caudalosos de la zona y la que fue en su momento una barrera natural de uno de los frentes de las exFarc que burló muchas veces la persecución del Ejército. Ahora también es el hogar de Caguán Expeditions, un emprendimiento conformado por firmantes del Acuerdo de paz que pasaron de las armas a los remos y de las marchas a las expediciones. Uno de sus proyectos es Remando Por La Paz, un club deportivo de rafting y una apuesta turística para transformar el territorio, contribuir con la reincorporación y proteger la naturaleza. Esto fue lo que nos contó Carlos Ariel García, su director.
En Colombia existen al menos 30.500 recicladores de oficio, la mayoría sin contratos formales o un sueldo básico y en cambio, sí con jornadas laborales extenuantes. Y en una ciudad como Bogotá, que al día produce 7.500 toneladas de residuos pero sólo recicla un 16%, su trabajo es fundamental aunque pocos sepan reconocerlo. Por eso es que Sara Samaniego decidió aventurarse a mostrarle al país la realidad de estas personas: así nació Marce la recicladora.
César lleva más de 20 años abanderando una causa: la paz. Un evento violento que marcó a su familia, así como la generosidad que heredó de su padre, lo han acompañado todo este tiempo en el camino de convencer a millones de personas en Colombia de que la no violencia es la respuesta. Ha liderado campañas, ha convertido armas en guitarras, ha acompañado a otros activistas en esta búsqueda incesante de paz y, especialmente, no se ha rendido frente a lo que cree una verdad: hasta que amemos la vida.
Después de vivir un tiempo en un monasterio hinduista y de viajar por dos años por Latinoamérica, Nando Calderón llegó a Bogotá y abrió Mestizo Vegano. La única certeza que tenía era que ese lugar iba a recoger su trayectoria en sudamérica y que quienes lo visitaran podrían probar sabores desde La Patagonia hasta México, todo en versiones veganas. Para él, cocinar está conectado con el servicio y por eso su proyecto, más que un restaurante, es un espacio cultural que promueve el arte, la enseñanza y la comida consciente.
Diana dice sin ambigüedades que a ella le gusta hacer películas para sí misma, por la mera inquietud o porque es lo que le apasiona. Eso significa que no siempre sigue las dinámicas ni las expectativas de la industria cinematográfica, aunque eso no ha impedido que haya producido películas de talla internacional con actrices como Tilda Swinton, o haya sido parte del jurado de festivales como Cannes.
Después de años de vivir en Argentina, Alí volvió a Colombia para seguir haciendo música y para descubrir que ya no se sentía parte de ningún lugar. De todas formas seguía convencido de que el rap tiene un propósito y que sin importar en donde se escuche, él iba a ser parte de un movimiento con sentido social. Su música es eso. No resultó sorpresa que en medio del Paro Nacional su voz liderara una multitud y una decena de raperos con un mensaje: es posible organizarse y hacer comunidad.
Ataques de pánico, fatiga extrema y caída del pelo sin explicación fueron algunos de los síntomas que hicieron que Daniela Vargas buscara ayuda de todo tipo. Después de años de trabajar sin descanso, la pandemia la hizo parar en seco y darse cuenta de una realidad: ya no quería vivir. No solo se trataba del síndrome de Asia, una reacción de su cuerpo a sus implantes mamarios, sino un llamado urgente a reconectarse consigo misma.
Nicolás es uno de esos apasionados por el fútbol que rige su vida bajo las reglas y la dinámica de ese deporte. Eso se ve en la banda de la que es vocalista. Llevan 11 años juntos y en todo este camino han descubierto la importancia de ser rebeldes y de permitir que el instinto sea el que cree cosas. Para él, en eso se parece la música al fútbol: en que siempre hay que saber escucharse.
Para Catalina es la espiritualidad la que rige su vida. La música, que es lo que hace desde hace muchos años, la salva de muchas formas. Por eso sabe que cuando está en un escenario, es la energía de la gente la que le recarga la propia. Su mensaje es sencillo: no nacimos para complacer a la sociedad, sino para expandirnos, porque la vida siempre es de cambios y transformaciones.
Rendo creció en un hogar que lo incentivaba a él y a sus hermanas a explorar, por eso mucho de lo que hace está influenciado por el espíritu de la libertad.
En esta conversación habló sobre las pausas y la apreciación de lo cotidiano como el motor de la inspiración para grandes obras.
Conversaciones desde un spot muy especial: mi sala. Esto es En la casa de Riaño Podcast.