
Nicolás es uno de esos apasionados por el fútbol que rige su vida bajo las reglas y la dinámica de ese deporte. Eso se ve en la banda de la que es vocalista. Llevan 11 años juntos y en todo este camino han descubierto la importancia de ser rebeldes y de permitir que el instinto sea el que cree cosas. Para él, en eso se parece la música al fútbol: en que siempre hay que saber escucharse.