
Dios tiene planes de bien. No es una frase para consolar el momento, ni una idea abstracta para adornar la fe. Es una verdad que sostiene cuando todo lo demás se desmorona. Porque hay días en los que el alma no entiende, en los que el camino se vuelve incierto, en los que las señales desaparecen y el silencio pesa. Y sin embargo, en medio de esa niebla, hay una certeza que no se apaga: Dios no improvisa. No se confunde. No llega tarde.
Tu amigo Israel Meza, que Dios te bendiga siempre y recibe un fuerte abrazo.