
Este episodio expone una de las contradicciones más inquietantes dentro de ciertos sectores cristianos contemporáneos: la dureza extrema con el fracaso humano y, al mismo tiempo, la indulgencia ante la violencia estatal, especialmente cuando se trata de justificar los crímenes cometidos contra el pueblo palestino en Gaza.
A partir del análisis teológico-político y de textos bíblicos como Mateo 23:4 e Isaías 10:1, exploramos cómo esta asimetría moral surge de una teología sacrificial que exige pureza al individuo, pero concede impunidad al poder. Se trata de una religión que castiga al débil y protege al fuerte, que bendice la fuerza militar mientras niega misericordia a quienes más la necesitan.