Este episodio explora por qué la represión policial contra la protesta social se ha vuelto un patrón en diversos países deAmérica Latina. A partir de la advertencia bíblica de 1 Samuel 8, analizamos cómo la concentración del poder transforma a las fuerzas públicas en instrumentos de control y no de protección. El episodio también examina el rol que sectores evangélicos y católicos conservadores han asumido al justificar o bendecir gobiernos autoritarios, ofreciendo legitimidad moral a prácticas represivas. Una mirada teológico-política que confronta la relación entrepoder, violencia y fe en nuestro continente.
Este episodio expone una de las contradicciones más inquietantes dentro de ciertos sectores cristianos contemporáneos: la dureza extrema con el fracaso humano y, al mismo tiempo, la indulgencia ante la violencia estatal, especialmente cuando se trata de justificar los crímenes cometidos contra el pueblo palestino en Gaza.
A partir del análisis teológico-político y de textos bíblicos como Mateo 23:4 e Isaías 10:1, exploramos cómo esta asimetría moral surge de una teología sacrificial que exige pureza al individuo, pero concede impunidad al poder. Se trata de una religión que castiga al débil y protege al fuerte, que bendice la fuerza militar mientras niega misericordia a quienes más la necesitan.
Este episodio propone una relectura del evangelio desde la resistencia: una fe que no justifica la muerte, sino que la interrumpe; que no sacrifica cuerpos, sino que los defiende; que no bendice a los poderes que crucifican, sino que se pone del lado de quienes cargan la cruz hoy. Es un llamado directo a recuperar la misericordia como acto profundamente político y profundamente cristiano.
Este episodio revela por qué la idea “Dios envió a Jesús a morir” contradice el evangelio. Una crítica a la teología sacrificial que justifica violencia y una invitación a recuperar la humanidad del mensaje de Jesús.
En el corazón del relato bíblico del sacrificio de Isaac hay un mensaje que solemos ignorar: Dios no quiere sacrificios humanos. Nunca los quiso. La escena de Abraham e Isaac no es un modelo de obediencia ciega, sino una protesta divina contra toda lógica que exija sangre para asegurar poder, control o bendición.
Este episodio desmantela la creencia de que Dios exige sacrificios humanos y confronta las formas contemporáneas de violencia religiosa, incluyendo el uso de narrativas sagradas para justificar guerras como la de Gaza. Una lectura bíblica crítica para tiempos en que la muerte se normaliza.
Muchos discursos proselitistas afirman que el objetivo principal de la iglesia es “ganar almas” y aumentar el número de convertidos. Bajo un lenguaje espiritual —cosecha, avivamiento, crecimiento— se esconde, a veces, una visión utilitarista donde las personas se vuelven cifras, indicadores o resultados. Este episodio cuestiona esa lógica y nos invita a volver al mensaje de Jesús: la misión no es acumular números, sino acompañar procesos, sanar vidas y hacer visible el Reino de Dios donde hay dolor e injusticia.
Amar a Dios y al prójimo no es una emoción ni un impulso pasajero: es una decisión consciente. En medio de la indiferencia, la polarización y la injusticia que atraviesan el Perú y América Latina, el evangelio nos invita a detenernos frente al dolor del otro.
Este episodio reflexiona sobre el mandamiento más grande —amar a Dios y al prójimo como a uno mismo— desde la parábola del buen samaritano, pero también desde las heridas actuales de nuestro continente: las comunidades olvidadas, las víctimas de la represión, los migrantes, los descartados.
Ser prójimo es elegir acercarse cuando otros pasan de largo. Es un acto espiritual, pero también político. Es decir “sí” al Reino y “no” a la indiferencia.
En este episodio examinamos una escena clave de los evangelios: Pedro saca la espada para “defender” a Jesús. Pero Jesús lo detiene y desautoriza la violencia. ¿Qué revela esto sobre las formas en que hoy algunos quieren imponer su fe desde el poder político? Exploramos la diferencia entre cristiano político —que usa la fe como ideología de dominación— y político cristiano —que deja que la fe transforme la manera de ejercer el poder— desde la perspectiva de la teología política y la crítica a la idolatría del poder.
Hay líderes que no necesitan argumentos. Necesitan tu enojo. En este episodio exploramos cómo la hostilidad se usa como herramienta de poder: fabricar enemigos, polarizar, convertir la conversación en combate. Cuando estamos furiosos, reaccionamos; cuando reaccionamos, dejamos de pensar. A partir del libro de Proverbios —un texto antiguo que no habla de autoritarismos modernos, pero sí del abuso de poder y la manipulación emocional— descubrimos un contraste poderoso: la sabiduría busca justicia y orden, la necedad necesita caos, impulso y control. Proverbios revela algo incómodo: la furia es un recurso político. La verdadera resistencia no es gritar más fuerte, es no dejar que fabriquen tu enojo. Si quieres aprender a detectar manipulaciones emocionales y recuperar tu criterio, este episodio es el comienzo. Menos odios, Más ideas.
¿Qué significa la frase de Jesús “la mies es mucha y los obreros pocos” en un mundo saturado de crisis, desigualdad yagotamiento social? Este episodio propone una lectura distinta: no se trata de llenar estructuras religiosas ni de sumar seguidores, sino de asumir responsabilidad frente a la vulnerabilidad humana. Una invitación a mirar, actuar y cuidar. A ser parte de la restauración de la vida donde esta ha sidodescuidada.
Este episodio revela cómo, en Sudán, Congo y la Amazonía brasileña, el nombre de Dios se usa para legitimar violencia y extracción de recursos: oro que financia la guerra (Reuters y ONU), milicias que controlan minas de cobalto (Human Rights Watch y Global Witness) y líderes religiosos que apoyan la minería ilegal (The Intercept Brasil y Mongabay). Mientras el poder se justifica con espiritualidad, los que sufren son las comunidades desplazadas y los pueblos indígenas. Frente a esa lógica, Jesús eligió la no violencia: no usó la fe para dominar. La pregunta es directa: ¿seguimos a Dios, o seguimos a quien usa a Dios para dominar?
¿Qué ocurre cuando una ley dice defender la fe, pero termina blindando instituciones y símbolos religiosos frente a la crítica? Analizamos el proyecto de ley presentado en el Congreso peruano que tipifica la “cristofobia” y exploramos por qué penalizar la sátira o el desacuerdo no protege la fe, sino que amenaza la democracia y la libertad de expresión.
Reflexionar teológico–políticamente sobre cómo ideas de matriz protestante —libertad de conciencia, separación Iglesia-Estado y control del poder— influyeron indirectamente en la fundación de la república peruana y qué significan hoy frente a tendencias religiosas autoritarias. El tema de hoy busca algo simple, pero necesario: preguntar cómo la fe puede fortalecer la democracia en lugar de justificar el poder.
Este episodio cuestiona una de las prácticas más normalizadas en muchos espacios de fe: el adoctrinamiento. ¿Y si el problema no fuera creer “lo correcto”, sino haber reducido la fe a teoría? Exploramos la diferencia entre defender doctrinas dentro del templo y vivir el evangelio en la vida cotidiana. Un llamado a dejar de repetir ideas… y empezar a encarnar amor, justicia y libertad, tal como lo hizo Jesús.
Este episodio reflexiona sobre el miedo religioso frente a Halloween y cómo, a veces, la fe se convierte en una trinchera desde la cual se juzga al mundo. A partir del contraste entre poder y gracia, exploramos una espiritualidad que no se defiende mediante prohibiciones, sino que se encarna en la vida cotidiana. En vez de huir de lo humano, el evangelio invita a mirar, tocar y transformar la realidad con bondad.