
La doctrina del emperador-filósofo Marco Aurelio tiene vigencia en momentos de crisis como el actual, como pauta para afrontar las adversidades. La referencia principal de pensamiento para Marco Aurelio fue la filosofía estoica, especialmente el filósofo Epicteto, perteneciente al estoicismo nuevo. El emperador creía en un mundo ordenado, regido por la providencia; en ese conjunto, el hombre es un ser efímero e insignificante; la finalidad de la vida humana es alcanzar la virtud, siguiendo la naturaleza; con ese objetivo, hay que aceptar como positivo todo lo que sucede; no nos perturban las aparentes contrariedades, sino los pensamientos que concebimos sobre ellas; los acontecimientos externos se dividen en buenos, malos e indiferentes, pero la mayor parte de lo que el vulgo considera males (pobreza, enfermedad, falta de estima, destierro y muerte) es realmente indiferente; hay que vivir el presente interior; no hay que temer la muerte, porque no es un mal. Conviene plantear la cuestión de si la concepción ética de Marco Aurelio es pesimista u optimista.