
Con frecuencia se cometen tres errores a la hora de interpretar el pensamiento de la corriente fundada por Zenón de Citio en Atenas. El primero de ellos consiste en considerar el estoicismo como una filosofía que invita a la pasividad y a la resignación. El segundo, asociarla con el pesimismo y la negatividad. El tercer error consistiría en considerar su enseñanza como una invitación a desterrar de nuestras vidas el sentir pasión por nada, convirtiéndonos en seres fríos e impasibles. En este vídeo se explica por qué la filosofía estoica no debe confundirse con ninguno de estos tres planteamientos.