
El negocio hortofrutícola es un negocio de OFERTA porque la volatilidad de la oferta supera a la de la demanda. Aunque parezca contraintuitivo debido al poco poder negociación, el sector funciona y se estructura según la fuente de mayor volatilidad.
Y esto hace que las decisiones de venta y precios dependan más de la oferta momentánea que de las variaciones en la demanda, al contrario de la mayoría de sectores en los que la demanda es el factor principal de ajuste del mercado.