Charla con mis amigos Darío, Pedro y Carlos
Charla con Darío, Pedro y Carlos
Charla con mis amigos Darío, Pedro y Carlos
En oración, traemos nuestro dolor, esperanzas, gozo, y miedos a Dios, abriendo espacio para escucharlo.
Charla con mis amigos Darío, Pedro y Carlos
A medida que aprendemos lo básico de la oración, la idea es poder habituarnos a un ritmo diario donde pasemos tiempo de calidad con el Señor.
La Formación Espiritual es lo que define al discípulo de Jesús, así que vale la pena que hablemos sobre el rol que esta debe jugar en medio de nuestras comunidades de fe.
Discusión Grupal con mis amigos Darío Nova y Pedro Chaparro.
¿A qué o a quién adoramos? ¿Estamos seguros de eso? Muchas veces tenemos una visión limitada de lo que es la adoración.
En una cultura que no sabe deleitarse, ¿cómo es deleitarse en Dios? ¿Es el deleite diferente de la felicidad? ¿Qué tiene que ver el deleite con la práctica del Sabbat? En este tercer episodio nos sumergimos en el tercer movimiento a través del lente de una realidad central: Dios está lleno de gozo.
Discusión Grupal con mis amigos Darío Nova y Pedro Chaparro.
El Sabbat no es solo un día libre para tomar una siesta larga, sino que es una forma de resistencia que requiere que luchemos contra fuerzas poderosas que batallan en contra la espiritualidad del día de descanso.
Discusión Grupal con mis amigos Darío Nova y Pedro Chaparro.
Discusión Grupal con mis amigos Darío Nova y Pedro Chaparro.
Dios construyó un ritmo de descanso en el tejido de la creación. Cuando vivimos alineados con este ritmo ancestral, encontramos paz y gozo, pero cuando chocamos con este, nuestras almas terminan fracturadas.
Para vivir el camino de Jesús, tenemos que bajarle a la velocidad. Pero esto es difícil de hacer en el mundo urbano y digital que llamamos hogar. En esta enseñanza de Mateo 11, enseñamos lo que Dallas Willard llama “el secreto del yugo fácil”. Cuando disminuimos la velocidad y hacemos coincidir nuestro ritmo de vida con el de Jesús, el camino de Jesús se vuelve fácil.
En el centro de nuestro aprendizaje de Jesús hay un símbolo: la cruz. Hemos perdido la gravedad y el poder de esta imagen en nuestro mundo moderno. Lo que requiere de nosotros se pierde o se ignora en nuestra cultura. Pero, al mirar la invitación de Jesús de “niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”, tenemos que luchar con el llamado a la abnegación en una era de autorrealización.
Hacemos la pregunta, "¿Cómo cambiamos?" ¿Cómo somos, en el lenguaje del Nuevo Testamento, “transformados” para llegar a ser como Jesús? La transformación es una sociedad con Dios. Es el Espíritu Santo el que juega el papel principal en nuestra sanidad y libertad.
El conflicto no tiene que interponerse en el camino del progreso. Jesús nos dio la plantilla ideal para transformar el conflicto en confrontación y, en última instancia, la confrontación en reconciliación.