No perseguíamos gloria, sino palabras.No queríamos estatuas, sino que nos escucharan. Y fue el abrazo de tantos elque nos abrió a los oídos del mundo.
Nuestra gente huyó hacia las montañas, se ocultó entre piedras y selva, y allí—en lo más hondo del miedo—aprendió a vivir de nuevo. Resistieron… y salvaron a los suyos.
Nos tocó hablar en lenguas que no eran nuestras, en lugares que nunca soñamos pisar. Pero con una voz tan verdadera que terminó por hacerse oír
Cuando entendimos que éramos objetivos marcados, supimos también que la única salvación era mirarnos, protegernos, sobrevivir juntos. La solidaridad como escudo, la dignidad como motor
Aprendimos por las malas que el plan era exterminarnos. Los soldados no preguntaban: disparaban. Y obedecían con una eficiencia escalofriante.#rigobertamenchu #GUATEMALA #premionobel #pueblomaya #pueblosindígenas
El ejemplo de los mayores era luz en la oscuridad, pero
seguirlo implicaba pagar un precio inmenso, En la senda de
la violencia, todo se va perdiendo: la tierra, los abrazos,
hasta la infancia.
Rigoberta Menchú – vida y obra de una maya quiché
Toda forma de resistencia, todo gesto de desobediencia ante los poderosos, se pagaba con sangre: la propia o la de quienes uno más amaba
Rigoberta Menchú – vida y obra de una mayaquiché
Los mansos se hicieron lobos, provocados por el terror. Salieron en busca del enemigo… y descubrieron su propio reflejo en los rostros indígenas de sus adversarios.
Nadie la llamo, pero vino. Como una sombra que no pide permiso, la guerra descendió sobre su pueblo y lo habitó todo: el aire, la tierra, la mirada de los niños.
Rigoberta Menchú – vida y obra de una maya quichéSÍ O SÍ, VOLVERSE COMBATIVO– Capítulo 4Violada la paz. Su aldea dejó de ser refugio. Su gente, mansa y digna, tuvo que aprender a resistir con las armas de la necesidad.
¿Otro mundo posible? Rigoberta, apenas una niña, entró a servir en la casa del patrón y descubrió allí otro forma dela misma discriminación y violencia
La tierra que teniamos en las montañas era poca y dura; no daba lo suficiente. Entonces bajábamos a las fincas cafeteras, con el hambre al hombro y la esperanza desgastada
Guatemala ha sido uno de los territorios donde la explotación de los pueblos originarios ha alcanzado niveles de extrema crueldad y despiadada injusticia.
Jueces y fiscales trabajaron sin descanso para reunir las pruebas que hicieron posible los históricos juicios. La magnitud del material encontrado fue tan abrumadora que tuvieron que improvisar métodos para su gestión.
Las autoridades democráticas enfrentaron el desafío de equilibrar los reclamos de justicia con la sed de venganza de las víctimas, honrando la memoria y el dolor sin perder el principio de una justicia legítima.
Los jerarcas militares confiaban en lograr la impunidad sobre sus crimenes, pero ante la certeza de ser juzgados recurrieron a amenazas y atentados en un intento desesperado para evitar la justicia.
La población argentina ignoraba la magnitud de los crímenes y abusos perpetrados por la represión militar. Con el tiempo, las verdades ocultas salen a la luz desatando un profundo estupor en la sociedad.
El nuevo gobierno democrático se impone la titánica tarea de reconstruir los vínculos en una sociedad destrozada por tantos años de dictadura. Pero pronto comienzan a aflorar los escollos que dificultan esa tarea.
Las luchas populares y el desgate de la dictadura logran que el régimen militar permita por primera vez en años que se realicen elecciones presidenciales libres y se compromete a acatar el resultados de las urnas.
Los movimientos sociales y los partidos políticos argentinos fortalecen su confianza en sus propias fuerzas y enfrentan abiertamente al régimen dictatorial, pese a los riesgos de represión y muerte. Su lucha es un punto de inflexión.