
Viajar no siempre implica subirse a un avión. A veces basta con mirar alrededor, o con mirarse por dentro.
En este episodio hablamos de los viajes que nos han marcado: los familiares, los de trabajo, los de ocio y los que hicimos para servir a otros. De aquel viaje a Huelva que cambió las Navidades, del Camino de Santiago, de un viaje a Brasil que transformó una vida, y del arte de perder la cartera en París o el pasaporte en Hawái.
Reflexionamos sobre por qué viajamos, si se ha exagerado con los supuestos beneficios de conocer mundo, y sobre la necesidad —cada vez más olvidada— de aprender a quedarse quieto.
Porque quizá, como dice el título, no hace falta ir tan lejos para descubrir algo importante.