
Walter Benjamin solo pasó unas horas en Portbou antes de suicidarse. Si Truman Capote no hubiera pasado tres veranos en Palamós, Marilyn Monroe quizá estaría viva. Gala y Salvador Dalí se fueron a vivir a una barraca de pescadores de Portlligat en 1930 y, tras ellos, Marcel Duchamp, Richard Hamilton y Man Ray. Los arquitectos que llegaron en los años cincuenta transformaron Cadaqués, que ya nunca más le volvió a dar la espalda al mar.