
La curación de un leproso revela el poder y la compasión de Jesús frente al rechazo y la exclusión. En este mensaje meditamos en cómo Él no solo sana el cuerpo, sino que restaura la dignidad, rompe barreras y responde a una fe humilde que se acerca diciendo: “Si quieres, puedes limpiarme”. Un encuentro que nos recuerda que ninguna condición es demasiado impura ni ninguna vida demasiado lejos para el toque sanador de Jesús.