
“El árbol se conoce por los frutos” es una enseñanza directa de Jesús que nos invita a mirar más allá de las palabras y a evaluar la vida por los resultados. En este mensaje reflexionamos sobre cómo las acciones, decisiones y actitudes revelan lo que realmente hay en el corazón. La fe auténtica siempre produce fruto visible, y ese fruto habla más fuerte que cualquier discurso. Un llamado a vivir con coherencia, verdad y transformación real.