
El evangelio de Mateo abre con una lista que muchos pasan por alto, pero que revela algo poderoso: la historia de Jesús no comenzó en un pesebre, sino en una promesa. La genealogía conecta a Jesús con Abraham y con el rey David, mostrando que Él es el cumplimiento del pacto, la esperanza esperada y la línea real que YHWH preservó a través de generaciones. Cada nombre es un recordatorio de que Dios mueve la historia, incluso a través de personas imperfectas, para cumplir Su propósito perfecto. En este inicio, Mateo nos dice: el Mesías ha llegado, y Su historia está unida a la nuestra.