La Dra. Ivette Noriega, Investigadora Asociada Sénior en el Centro Begun para la Investigación y Educación en Prevención de la Violencia, Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas Jack, Joseph y Morton Mandel, conversó con Lorena Mora-Mowry sobre su experiencia como latina fronteriza. Creció en familias y comunidades con experiencias binacionales, lo que le inculcó un sentido de sacrificio diario para acceder a la educación.
La Dra. Noriega estudió la secundaria en El Paso, Texas, y comenzó sus estudios universitarios en premedicina en Texas State University. Sin embargo, el inicio de la guerra del narcotráfico en México la llevó a descubrir su pasión por la psicología. Observó la disminución de los factores de protección debido al aumento de la violencia y su impacto en los niños, especialmente los adolescentes, durante este período. Esta violencia llamó su atención porque había poca investigación sobre niños latinos expuestos a este tipo de violencia. Si bien existían estudios sobre Irlanda, Siria y otros países, había una escasez de investigación sobre niños latinos, y reconoció que habría tanto diferencias como similitudes con estas otras poblaciones.
La Dra. Noriega se interesó en la beca Fulbright del Departamento de Estado por la oportunidad de intercambio cultural para científicos e investigadores estadounidenses. Conoció a colombianos, como reporteros y científicos, que le contaron sobre la violencia en Medellín en los ochenta y los programas para ayudar a niños y adolescentes con su salud mental y la exposición a la violencia. Tras un rechazo inicial, trabajó con profesores e investigadores y recibió la beca para 2017-2018. En Medellín, vivió en Itagüí, donde recopiló datos, escaneó cerebros y realizó pruebas psicométricas con estudiantes de bachillerato y secundaria para estudiar el impacto de la violencia en su cerebro y memoria. Completó su doctorado y actualmente realiza su postdoctorado en el Centro Begun para la Investigación y Educación en Prevención de la Violencia, Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas Jack, Joseph y Morton Mandel en Cleveland.
En Cleveland, la Dra. Noriega trabaja con niños expuestos a violencia, enfatizando que la violencia comunitaria afecta a todos, independientemente de la comunidad. Esta violencia puede ocurrir fuera del hogar y la escuela, aumentando la probabilidad de que los niños experimenten violencia doméstica o en la escuela. La Dra. Noriega destaca que la violencia comunitaria no discrimina y puede afectar a cualquier persona, incluidos los niños.
También aborda el trauma intergeneracional, donde los padres o abuelos lidian con el trauma de sus hijos expuestos a la violencia. Además, discute el uso de sustancias ilícitas, que puede surgir de traumas, carencias o como medio para reprimir el hambre.
La Dra. Noriega concluye la entrevista con un mensaje a la comunidad: “Manténganse conectados, apoyados y dedicados el tiempo”. Participen en eventos comunitarios que ofrezcan información relevante. Hay organizaciones maravillosas en todo Ohio que apoyan a la comunidad latina. No tengan miedo de pedir ayuda. Busquen en línea recursos como ‘casa para latinos’ o ‘hogar para latinos’. También pueden encontrar recursos en ferias de salud y al llamar al 211 para obtener apoyo en situaciones de crisis. Si identifican un problema, no se queden callados. Busquen a alguien con quien se sientan seguros y apoyados, y vinculen con servicios que puedan ayudarlos.
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La Dra. Ivette Noriega, Investigadora Asociada Sénior en el Centro Begun para la Investigación y Educación en Prevención de la Violencia, Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas Jack, Joseph y Morton Mandel, conversó con Lorena Mora-Mowry sobre su experiencia como latina fronteriza. Creció en familias y comunidades con experiencias binacionales, lo que le inculcó un sentido de sacrificio diario para acceder a la educación.
La Dra. Noriega estudió la secundaria en El Paso, Texas, y comenzó sus estudios universitarios en premedicina en Texas State University. Sin embargo, el inicio de la guerra del narcotráfico en México la llevó a descubrir su pasión por la psicología. Observó la disminución de los factores de protección debido al aumento de la violencia y su impacto en los niños, especialmente los adolescentes, durante este período. Esta violencia llamó su atención porque había poca investigación sobre niños latinos expuestos a este tipo de violencia. Si bien existían estudios sobre Irlanda, Siria y otros países, había una escasez de investigación sobre niños latinos, y reconoció que habría tanto diferencias como similitudes con estas otras poblaciones.
La Dra. Noriega se interesó en la beca Fulbright del Departamento de Estado por la oportunidad de intercambio cultural para científicos e investigadores estadounidenses. Conoció a colombianos, como reporteros y científicos, que le contaron sobre la violencia en Medellín en los ochenta y los programas para ayudar a niños y adolescentes con su salud mental y la exposición a la violencia. Tras un rechazo inicial, trabajó con profesores e investigadores y recibió la beca para 2017-2018. En Medellín, vivió en Itagüí, donde recopiló datos, escaneó cerebros y realizó pruebas psicométricas con estudiantes de bachillerato y secundaria para estudiar el impacto de la violencia en su cerebro y memoria. Completó su doctorado y actualmente realiza su postdoctorado en el Centro Begun para la Investigación y Educación en Prevención de la Violencia, Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas Jack, Joseph y Morton Mandel en Cleveland.
En Cleveland, la Dra. Noriega trabaja con niños expuestos a violencia, enfatizando que la violencia comunitaria afecta a todos, independientemente de la comunidad. Esta violencia puede ocurrir fuera del hogar y la escuela, aumentando la probabilidad de que los niños experimenten violencia doméstica o en la escuela. La Dra. Noriega destaca que la violencia comunitaria no discrimina y puede afectar a cualquier persona, incluidos los niños.
También aborda el trauma intergeneracional, donde los padres o abuelos lidian con el trauma de sus hijos expuestos a la violencia. Además, discute el uso de sustancias ilícitas, que puede surgir de traumas, carencias o como medio para reprimir el hambre.
La Dra. Noriega concluye la entrevista con un mensaje a la comunidad: “Manténganse conectados, apoyados y dedicados el tiempo”. Participen en eventos comunitarios que ofrezcan información relevante. Hay organizaciones maravillosas en todo Ohio que apoyan a la comunidad latina. No tengan miedo de pedir ayuda. Busquen en línea recursos como ‘casa para latinos’ o ‘hogar para latinos’. También pueden encontrar recursos en ferias de salud y al llamar al 211 para obtener apoyo en situaciones de crisis. Si identifican un problema, no se queden callados. Busquen a alguien con quien se sientan seguros y apoyados, y vinculen con servicios que puedan ayudarlos.
En momentos de adversidad, es común experimentar incertidumbre y falta de dirección. Muchas personas sienten bloqueo y estancamiento. Es fundamental comprender que somos responsables de nuestra propia vida y no debemos esperar a un momento específico para actuar.
Con este objetivo, he invitado a Carmen Ludtke, Life Coach, para hablar sobre cómo afectan los pensamientos negativos a nuestro bienestar psicológico y físico, y las herramientas y estrategias para gestionar los pensamientos negativos e intrusivos.
Comprender cómo los pensamientos negativos influyen en nuestro entorno inmediato y las consecuencias que pueden derivar en sentimientos de tristeza, ansiedad, baja autoestima y dificultad para concentrarse. Además, pueden afectar las relaciones interpersonales y limitar el crecimiento personal.
“Nunca voy a lograr mis metas”, “Soy un fracaso”, “Nadie me quiere” o “Todo va a salir mal” son ejemplos de pensamientos negativos. Es importante identificar los patrones de pensamiento negativo, explica Carmen.
Para identificar patrones de pensamiento negativo, debemos prestar atención a la frecuencia, intensidad y contenido de nuestros pensamientos, especialmente cuando nos sentimos ansiosos, estresados o deprimidos. Debemos observar si tienden a ser automáticos, repetitivos y centrados en lo negativo. Carmen habla sobre cómo podemos notar si estos pensamientos distorsionan nuestra percepción de la realidad o nos llevan a conclusiones pesimistas.
Los patrones de pensamiento negativo pueden ser: pensamientos catastróficos, que consisten en anticipar siempre el peor resultado posible; sobregeneralización, que implica interpretar un evento negativo como una tendencia general; filtro mental, que se caracteriza por centrarse únicamente en los aspectos negativos de una situación; pensamiento polarizado (todo o nada), que consiste en ver las cosas en términos extremos, sin matices; lectura de la mente, que implica asumir que se sabe lo que otros piensan o sienten; y adivinación, que consiste en anticipar el futuro de manera negativa.
Carmen habla sobre la importancia de identificar las señales que nos da nuestro cuerpo, ya que las emociones negativas, como la ansiedad o la depresión, han demostrado su capacidad para suprimir la respuesta inmunitaria. Un estado emocional negativo puede incrementar la inflamación y hacer que el cuerpo sea más susceptible a infecciones. De igual forma, explica cómo podemos transformar los pensamientos negativos: ser conscientes de ellos, aceptarlos sin juzgarlos y luego reemplazarlos por pensamientos más positivos y realistas, utilizando técnicas como la gratitud, el diálogo interno positivo, la meditación y, en algunos casos, la ayuda profesional.
Carmen termina el conversatorio compartiendo una cita de Eduardo Alighieri: “Ya te juzgaste suficiente. Ya cargaste culpas que no te dejaron respirar. Es momento de soltar. Perdónate. No por lo que hiciste o dejaste de hacer, sino por haber sido tan duro contigo mientras intentabas sobrevivir. La vida pasa más rápido de lo que creemos. Y mereces vivirla con paz. Mereces buscar lo que te hace feliz, aunque a otros les incomode. Mereces darte una nueva oportunidad, cada día. Porque mientras estés aquí, nunca es tarde para elegirte a ti”.
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La Dra. Ivette Noriega, Investigadora Asociada Sénior en el Centro Begun para la Investigación y Educación en Prevención de la Violencia, Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas Jack, Joseph y Morton Mandel, conversó con Lorena Mora-Mowry sobre su experiencia como latina fronteriza. Creció en familias y comunidades con experiencias binacionales, lo que le inculcó un sentido de sacrificio diario para acceder a la educación.
La Dra. Noriega estudió la secundaria en El Paso, Texas, y comenzó sus estudios universitarios en premedicina en Texas State University. Sin embargo, el inicio de la guerra del narcotráfico en México la llevó a descubrir su pasión por la psicología. Observó la disminución de los factores de protección debido al aumento de la violencia y su impacto en los niños, especialmente los adolescentes, durante este período. Esta violencia llamó su atención porque había poca investigación sobre niños latinos expuestos a este tipo de violencia. Si bien existían estudios sobre Irlanda, Siria y otros países, había una escasez de investigación sobre niños latinos, y reconoció que habría tanto diferencias como similitudes con estas otras poblaciones.
La Dra. Noriega se interesó en la beca Fulbright del Departamento de Estado por la oportunidad de intercambio cultural para científicos e investigadores estadounidenses. Conoció a colombianos, como reporteros y científicos, que le contaron sobre la violencia en Medellín en los ochenta y los programas para ayudar a niños y adolescentes con su salud mental y la exposición a la violencia. Tras un rechazo inicial, trabajó con profesores e investigadores y recibió la beca para 2017-2018. En Medellín, vivió en Itagüí, donde recopiló datos, escaneó cerebros y realizó pruebas psicométricas con estudiantes de bachillerato y secundaria para estudiar el impacto de la violencia en su cerebro y memoria. Completó su doctorado y actualmente realiza su postdoctorado en el Centro Begun para la Investigación y Educación en Prevención de la Violencia, Escuela de Ciencias Sociales Aplicadas Jack, Joseph y Morton Mandel en Cleveland.
En Cleveland, la Dra. Noriega trabaja con niños expuestos a violencia, enfatizando que la violencia comunitaria afecta a todos, independientemente de la comunidad. Esta violencia puede ocurrir fuera del hogar y la escuela, aumentando la probabilidad de que los niños experimenten violencia doméstica o en la escuela. La Dra. Noriega destaca que la violencia comunitaria no discrimina y puede afectar a cualquier persona, incluidos los niños.
También aborda el trauma intergeneracional, donde los padres o abuelos lidian con el trauma de sus hijos expuestos a la violencia. Además, discute el uso de sustancias ilícitas, que puede surgir de traumas, carencias o como medio para reprimir el hambre.
La Dra. Noriega concluye la entrevista con un mensaje a la comunidad: “Manténganse conectados, apoyados y dedicados el tiempo”. Participen en eventos comunitarios que ofrezcan información relevante. Hay organizaciones maravillosas en todo Ohio que apoyan a la comunidad latina. No tengan miedo de pedir ayuda. Busquen en línea recursos como ‘casa para latinos’ o ‘hogar para latinos’. También pueden encontrar recursos en ferias de salud y al llamar al 211 para obtener apoyo en situaciones de crisis. Si identifican un problema, no se queden callados. Busquen a alguien con quien se sientan seguros y apoyados, y vinculen con servicios que puedan ayudarlos.