
En un mundo tejido por los hilos ineluctables de la Rueda del Tiempo, la sombra se extiende una vez más, y el ciclo de la Tercera Era anuncia el regreso del temido y anhelado adalid. Rand al'Thor, el muchacho de Dos Ríos, se sabe ahora el Dragón Renacido, el profético libertador destinado a salvar al mundo, aunque a un precio terrible: la locura y la muerte de sus seres queridos. Abatido por un destino que no eligió, y con el poder del Poder Único fluyendo incontrolable en su interior, el joven huye de la certidumbre de un enfrentamiento final contra el Oscuro. Su camino es solitario y desesperado, un intento fútil de evadir la grandeza impuesta que, no obstante, lo arrastra inexorablemente hacia la confrontación que definirá el futuro de la humanidad.
Mientras Rand se interna en la oscuridad de su sino, otras piezas del destino se mueven por el tablero continental. Perrin Aybara, su amigo y antiguo aprendiz de herrero, cabalga en su búsqueda, acosado por extraños sueños y visiones, temiendo perder su propia humanidad y sin saber hasta qué punto su destino está ligado al del Dragón. Le acompañan la Aes Sedai Moraine Sedai, su Guardián Lan, y el fiel Ogier Loial en una odisea a través de tierras desgarradas por la guerra civil y la ambición, como Tarabon y Arad Doman. Entretanto, en el corazón político y místico de la civilización, Egwene, Elayne y Nynaeve se aproximan a Tar Valon, la sede del poder de las Aes Sedai, llevando consigo la grave noticia de la traición y la existencia real del temible Ajah Negro.
En el centro de esta vorágine de intrigas y profecías, la antigua fortaleza de Tear, con su inexpugnable Ciudadela, se convierte en el epicentro de la próxima gran prueba. Con las naciones enredadas en el juego de los príncipes, y los leales a la Luz enfrentados a las maquinaciones de la Sombra y los temibles Renegados, la tensión se eleva a cotas insoportables.